domingo, 11 de abril de 2010

PEDALADA POPULAR POLOS MONTES DE VIGO: Sin cheris también hay infierno



20 de Marzo del 2010

Crónica de una de las mayores encerronas sufridas por el que esto escribe en sus años con la banda. Vamos a contar lo que pasó desde una óptica muy poco habitual en la banda en estos últimos tiempos...la cola de la marcha. De lo que pasó por delante solo podré narrar ciertos pasajes que mis amigos de la banda me han comentado a toro pasado.

Preámbulos: Tras la EXHIBICIÓN de la banda en el duathlón de Candeán y tras otra nueva campaneada del Big Mamut en Vilagarcía 24h más tarde (como no le llegó el duathlón,estaba entre ir a echarle de comer a los patos al Lagares o hacerse 1h30 de coche ida y vuelta mas 30 km de dura marcha el solito) De esa marcha nadie puede hacer crónica salvo el, pero su frase al volver "me campanée" lo dice todo no?

Pues eso, tras ese finde de grandes eventos, el siguiente se presentaba con una prueba de downhill en los miticos montes de fragoselo (freighsello en inglés) acompañados de un PEDALADA POPULAR si, popular (del latin = del pueblo = PARA TODOS) importante remarcar este punto. Durante la semana hacíamos conjeturas. Yo, recién llegado del pavés de Roubaix y convaleciente de una enfermedad de cuyos origenes mucho se ha especulado, no me veia ni siquiera intentándolo. Encima, mi recién bautismo como el nuevo "gordito" de la banda anunciaba sufrimiento. Además, el tiempo no se presentaba muy halagüeño. Antes, cuando hacía mal tiempo se dudaba si acudir o no. Ahora, el que haga mal tiempo significa que se va seguro. Para que luego digan los directivos de la banda que ellos siguen siendo 4 chicos que andan en bici de tranquis....

Era mi última semana en casiña antes de volver a tierras catalanas. El lunes, en mi afán de emular a los cracks vistos 48h antes, cogi mi trek necesitada de monte y hice un par de vueltas (perdiéndome en la primera) al circuito del duathlón. Por la tarde, je ne sais pas pourquoi, volvi otra vez para otras dos vueltas preguntándome como se puede hacer eso en 20 minutos!!. Al dia siguiente, animado por Bernardita que viene pisando fuerte, volvimos los dos al circuito ya que quería convencerla que viniera conmigo al sábado, ya que andábamos a un nivel similar y así la haríamos juntos a nuestra bola, sin entrar en luchas con biciosos y demás bikers. Fué la mejor salida que hice en años!!! voy a crear un grupo en el facebook "prefiero salir con bernardita que con el cheri" El miércoles, cargué bici en mi 4x4 (es un fiesta pero que coño) y me fui a la comarca del Ribeiro a continuar mi preparación con un recorrido mucho más llano bordeando el rio. Como veis , mi preparación era en serio (por una vez..)
Las maletas, el dia del padre, despedidas varias, me impidieron montar jueves y viernes. Esos dias sirvieron para comprobar que Bernardita se caia del cartel ante mi deseperación, pero, no todo iban a ser malas noticias....ya que...EL CHERI TAMPOCO VENIA!!!!! Esto iba a ser como cuando el profe se iba de clase y dejaba a un alumno al cargo que era coleguita tuyo y te dejaba hacer de todo. Por cierto, la excusa del cheri la sacó del libro de excusas del profesor Pérez Lorenzo....boda de una prima!! Cheri por favor!! que sabemos de buena tinta que tu eres alérgico a las bodas!! que ni fuiste a la boda de tus padres!!!!

El día D: y llegó el sábado. Viernes bajo la lluvia no hacian presagiar nada bueno. 3 eran los héroes. El señor Balbis, el señor Leirós y un servidor. Ahora voy a decir una frase que nunca crei que diria..MIENTRAS EL CHERI SE QUEDABA EN CAMITA!!! perdonad zagales, pero son muchos años de tiranía cherística en la banda. No voy a hacer un relato a lo cheri en plan "los montes de fragoselo ya olian a barro y millones de bikers jalonaban las carreteras de acceso ansiosos por enfrentarse a las inclemencias...bla bla bla..." Mi visión es mucho más terrenal: llovia bastante, aunque frio no hacia, tenía sueño, me iba a Tarragona el día siguiente, 10h de coche y que coño hacia yo en esa marcha de taraos!! El mal tiempo hizo que solo los locos de esto acudieran, con lo cual, ya de entrada, muy popular no era. Tras inscripciones y regalo de guantes del gerolsteiner nos pusimos a la cola del pelotón esperando la salida. "si si, de menos a mais, mellor asi" decía Balbis. El mamut ya lo decia todo con su mirada.
Chubasqueros para la fina lluvia y arrancó la marcha. Que primer kilómetro más bonito!!!!! subidita por carretera bordeando el campo de futbol y luego marcha por la pista ancha y amplia de dos carriles. Que momentos para recordar, que bien iba la banda, imponiendo estilo....hasta que llegó el primer repecho....aqui se acaba el relato. Al menos, aqui perdí de vista a mis dos secuaces y ya no supe más de ellos. A Iago aún lo vi en la meta cuando ya enfilaba para casa. A Balbis lo veré el año que viene para que me cuente que tal fué la marcha jeje. Bueno, me quedé en el primer repecho pensando que luego vendría algún descanso....como se nota que hace mucho que no iba a una marcha. La subida no paró hasta llegar al Cepudo (nota del autor: antes de salir, nos pasaron un plano del recorrido....yo, extrañado, pregunté a mis compañeros "oye, aqui pone Alba y Cepudo..." respuesta del mamut "nooooo, damos un rodeo, no se sube")
Durante esta subida, los pocos descansos que hubo se veian dificultados por la cada vez más fuerte lluvia y viento que azotaba en la montaña. Aqui pasé los peores momentos de la marcha. De piernas bien, pero mi fondo fisico se agotaba nada más empezar (enfermedad conocida como bandullitis). Como anécdota, decir que en el avituallamiento liquido había una reportera que entrevistaba a los que alli se paraban a reponer liquido. Presa de mi frustación, hice unas durisimas declaraciones que habrán sido censuradas protestando por lo nada popular de la marcha y donde acabé criticando a la alcaldia al grito de "humanización del cepudo ya!!"
En fin, la subida un auténtico calvario. Supongo que a mis colegas de cabeza les fué mejor. Al Cepudo llegué con mucha más pena que gloria, al compás de un grupo de bikers que parecia que estaban haciendo el camino de Santiago por sus atuendos, a los que me agarraba en la subidas y de los que aprendi la frase que me hizo acabar "tal y como está el dia, acabarla ya tiene mucho mérito". En el avituallamiento en la cima del Cepudo repuse fuerzas pero sin estar mas de 10 min ya que el viento en la cumbre era frio y los ropajes estaban humedos.
Aqui empezó el descenso, largo descenso hasta la meta. Incomprensiblemente dejé atrás a los "peregrinos" ya que estos tenían a un Casalini de sus primeros años en el grupo. Durante algunos kilómetros rodaba solo, pensando en no ser el ultimo en llegar ya que todos los biciosos que me encontraba en los cruces de caminos me preguntaban "quedan muchos detrás?" Pero no todo iban a ser malos ratos. Siempre hay un lugar para la anécdota del dia. En una de las bajadas, un pequeño cortado algo pronunciado. Dos bikers parados delante, yo me paro pensando que debia de ser chungo, pero al llegar veo que no era para tanto. Los dos bikers me preguntan "te atreves?" Dije el si más falso de toda mi vida. Alli que fui y los tios grabando con el movil!!!! por suerte salió todo bien. Algo quedó del biker que fui en el escalón Mallory
Tras muchos avatares, el cansancio se me acumulaba en las piernas, ya hacia tiempo que me habia dado cuenta de que no podia más. Ni los continuos charcos y zonas embarradas me alegraban. Iba por inercia, esperando ver la meta pronto. Y aqui llegó lo peor! Si señores si, vi la meta, pensé que se había acabado, de hecho, se acababa. Pero los biciosos, evencia y su puta madre querían que el final de la pedalada popular acabara en el mismo lugar que horas mas tarde sería la meta del downhill !! Es decir la mitica bajada que hay justo después de la carretera hasta la meta abajo.Si vale, una bajada toda recta y amplia...pero entre la lluvia y los 500 que pasaron antes aquello era puro barro. os prometo que lo pasé peor ahi que en toda la marcha. Todo el mundo viéndo como te pegas la gran ostia. Pero claro, no te podias echar atrás. Bueno, la hice...en diagonal!! empecé en un lado y acabé en el opuesto, luchando para que la bici no se me fuera del surco.
Este fué el final de la marcha. Acabé en la cola pero salvé el honor de la banda. Mis amigos habian llegado media hora larga antes y ya no se encontraban alli. Localicé a Iago cuando ya se había hartado de esperar por mi y estaba ya bajando fragoselo, pero dió la vuelta y acudió a mi encuentro. Me contó sus impresiones y me reconoció que la marcha había sido dura. Esta es la foto que nos queda de ese día.

Ah! Mientras yo pasaba por esta dura prueba, los otros dos miembrazos de la banda...a lo suyo. Iago top5 dejándose ir y Balbis 20 metros detrás. Lo dicho, otra exhibición. Resumiendo: la banda, cual biciosos, picarañas o bikeounonvai....abriendo y cerrando la marcha

Y yo que pensaba que sin el puto cheri las marchas serían distintas.....

PD: Al dia siguiente, el amigo Leirós acompañado de Bernardita y Sara, se fué a una marcha internacional, el Passeio de Monçao. Yo les ayudé a inscribirse hablando con mi amigo Miguel Torres de la organizaçao. Lo que quiero decir es que mientras yo me retorcia de dolor tras la marcha, el ya tenia la mente puesta en el dia siguiente. Dios los cria....

miércoles, 13 de enero de 2010

Marcha das Neves 2010

Pueblos aislados a lo largo de toda la geografía española, carreteras cortadas a causa de la nieve y el hielo, ola de frío polar, recomendaciones para no salir de casa... Se daban las condiciones perfectas para que los miembros de La Banda sacaran sus bicis de los garajes y emprendieran camino de la aventura y la diversión. Este año hemos ido más allá y también quisimos estar presentes en la ruta de senderismo, Silvia (uno de los miembros de honor de La Banda) y su amiga Sara hicieron la ruta a pié poniendo de manifiesto que no sólo de la bici vive La Banda.
Con puntualidad británica se presentaron en mi casa los únicos valientes que se atrevieron a acudir a la llamada de la aventura, todos menos Abel que ya salió a las Nieves directamente. El termómetro del coche bajaba su temperatura drásticamente a medida que nos acercábamos a nuestro punto de encuentro oscilando siempre entre los 2 y los -1 un grados. Nuestros miembros se congelarían nada más salir del coche, bragas, gorros, guantes y polares se hacían imprescindibles para encarar los 36 kilómetros en bici y los casi 15 del senderismo. Un año más el club ciclista lamprea nos daba la oportunidad de disfrutar de una agradable mañana de deporte, buen rollo y naturaleza, eso sí, todo ello al módico precio (ejem) de 6+8 euros para los ciclistas y 4 para los senderistas.
Todo estaba listo, Silvia y Sara fueron directamente a tramitar sus inscripciónes mientras nosotros terminábamos de ponernos a punto para empezar a pedalear. Los acordes del solo de guitarra de The Storm Still Rages de Orphaned Land en mi espalda anunciaban que Abel ya estaba en Las Nieves listo para unirse a nosotros. Como flechas fuimos hacia la salida ya que era bastante tarde y aún teníamos que entregar los justificantes de pago y pillar los dorsales. En este punto me gustaría hacer una pequeña puntualización y no es más que comentar que dicha labor ha sido realizada durante todas las ediciones pasadas por quien esto escribe y este año fue Iago el encargado de hacerlo y para sorpresa de todos nos llega con que le tocaron unas zapatillas de descenso (ya sabes chaval, desde ahora tienes una nueva responsabilidad). Lejos de constituir un alivio fue todo lo contrario ya que esto suponía que había que volver de nuevo al coche para guardarlas y ya ves al Cheri con la caja de las zapatillas en un brazo, los dorsales en la boca y pilotando con una mano una máquina de carbono en dirección contraria esquivando a decenas de ciclistas que se apresuraban a la línea de salida. Gracias a la pericia de este consagrado piloto no hubo mayores percances. El coche de Abel estaba a medio camino y ya sobre la campana dejé las zapatillas y nos unimos al pelotón para comenzar nuestra andadura.
Como por ahora sólo sigo siendo un ser superior pero sin la capacidad de estar en varios sitios a la vez sólo podré relatar aquí lo acontecido durante los 36 kilómetros de ruta en bicicleta ya que desconozco el recorrido realizado por Silvia y Sara aunque las animo a que lo escriban y me lo manden y será colgado en el blog sin ningún tipo de censura y sin cambiar ni una sola coma.
Cierro los ojos y trato de recordar lo acontecido durante esa mañana pero la mente se me nubla, no sé si debido al tiempo que ha pasdo o que mis neuronas todavía sigen bajo el influjo de los efectos del severo frío al que se vieron sometidas. Aún así haré un esfuerzo y las estrujaré e intentaré sacarles alguna imagen que sin duda tendrán por ahí escondida.
Tras una breve rampa de asfalto pronto nos adentramos en el monte por una suave pista que discurría bastante llana en sus primeros metros y que era perfecta para comenzar a desentumecer los músculos del severo frío que nos azotaba. Por lo general son estos primeros kilómetros donde el frío se hace más patente pero a decir verdad, y no sé si es porque íbamos muy bien abrigados, la sensación no era tan extrema como esperábamos. Sobre un pelotón de 700 bikers estaríamos más o menos entre los 250 primeros, viendo en ocasiones la cabeza de carrera y sin perder de vista a Ezequiel y su compañero que más bien parecía que estaban en la barra de algún bar comentando la dura semana de trabajo que pedaleando por el monte a 1 grado centígrado. El terreno en los primeros kilómetros no era excesivamente duro, manteniéndose bastante estable sin repechos dignos de mención hasta que llegó el cartel que rezaba: "primeiro kilómetro de apretar o cú", un duro repecho de piedras que nos obligó a subir unas cuantas coronas (nunca el molinillo) para encararlo con más comodidad. Las roderas de barro estaban muchas veces congeladas y había que tener cuidado a la hora de cruzarlas porque podías llevar algún que otro susto. En otros tramos el hielo cubría parte de la pista y nos recordaba que el frío y la altitud seguían presentes.
A partir de aquí la marcha se tornó algo más dura ya que teníamos que encarar los últimos kilómetros que nos separaban del avituallmiento y ahora casi todo lo que quedaba era subida. Una subida larga pero que a un ritmo adecuado se llevaba sin mayores problemas que finalizaba en otro repecho duro y potente (Banzai, comentario sólo para entendidos) repleto de piedras y con un tramo totalmente cubierto de hielo que hizo resbalar a muchos de nosotros y que nos obligó a echar pié tierra. Fue precisamente a esas alturas de la marcha cuando una tímida lluvia en forma de pequeñas densas gotas de algo parecido a la nieve nos avisaba de lo que estaba por venir. A estas alturas los piés eran la parte del cuerpo que más notaba los rigores del frío pero el avituallamiento estaba a dos pasos y a eso de las 11 más o menos ya estábamos degustando el sabroso requesón con miel y sobre todo el imprescindible caldo que reativó todonuestro cuerpo en cuestión de minutos. Sinceramente estos fueron los momentos donde más frío pasamos ya que al estar parados tanto tiempo nuestros miembros (todos ellos) comenzaban a resentirse de verdad.



















No me quiero olvidar de las tres tazas de caldo y dos raciones de requesón con miel que el Señor Leirós se metió entre pecho y espalda (así baja de rápido el cabrón). Y a partir de aquí llegó la magia.
Salimos del avituallamiento y comenzamos a subir por una pista ancha que nos conducía a los gigantes blancos de enormes aspas que recogían toda le energía que el viento les brindaba, y a decir verdad era mucha la energía que transformaban ya que de nuevo como en Manzaneda el dios Eolo no quería perderse el acontecimiento. Entre las potentes ráfagas de viento los copos de nieve comenzaron a surcar el ambiente, primero en tímidas pinceladas blancas que terminaron por convertirse en una contundente cortina que hizo las delicas de todo el mundo (menos de Dani y Casalini si estuvieran allí claro, que ya estarían protestando). La gente se paraba y hacía fotos, contemplaba la bella estampa y gravaba para siempre en su retina aquellos inolvidables momentos. Nosotros tampo éramos ajenos a todo aquello y una nerviosa sonrisa se dibujaba en nuestros rostros como en el de un niño en la noche de Reyes. Fue precisamente en esos instantes cuando Silvia y Sara llegaban al avituallamiento. El viento era ahora muy fuerte y la nieve caía con intensidad, Balbís había desaparecido y Abel, Iago y yo seguíamos con las fotos y los videos. Tras pasar junto a numerosos molinos de viento por fin llegamos a la trialera y comenzamos a bajar, Iago con suss caldos y requesones pronto se puso en cabeza y desapareció monte abajo. Si bien este primer tramo de bajada no era especialmente bonito la nieve obró que este se tornara en una bajada inolvidable, encarando las curvas y el estrecho sendero con una sensación realmente increíble. Había tramos en los que había que bajar con cuidado ya que entre el hielo, la pendiente y la inclinación lateral del terreno era muy fácil perder el control de la bicicleta. La nieve seguía cayendo cuando llegamos a una parte mucho más boscosa y más bonita. A pesar de la concentración exigida para la bajada el disfrute de ver la nieve cayendo sobre ti en aquel inmejorable marco no tenía precio, el suelo crujía a nuestro paso y las cubiertas resbalaban en las curvas más cerradas y peligrosas. En definitiva, uno de los descensos más especiales que hemos hecho nunca y que tardará en borrarse de nuestra memoria.
La trialera terminaba en una carretera, la nieve caía ahora con más fuerza que nunca.





A pesar de haber descendido bastante metros la nieve quería seguir colmándonos con su belleza y nos acompañó un buen rato más. El trazado era ahora una pequeña mezcla de subidas y bajadas que serpenteaba por diferentes terrenos, desde zonas totalmente anegadas de agua y barro convinándose con tramos de buen firme e incluso de asfalto. Algunos de los tramos de barro eran auténticos lodazales que hacían que fuera difícil mantener la bici en equilibrio pero que eran la guinda perfecta para un final de etapa que estaba a punto de llegar. No contactaríamos con Balbís hasta la linea de meta aunque nos contó posteriormente que parte de la trialera no la hizo al confundirse de camino el grupo con el que iba. En resumen, 36 kilómetros de dureza media que nos hicieron vivir momentos realmente inolvidables. Tras el lavado de las bicis nos dirigimos a los coches para cambiarnos y dar por finalizado el día de Mountain Bike. Iago y yo decidimos tomarnos un café mientras esperábamos por Silvia y Sara que llegarían una media hora más tarde. Por su parte Abel y Balbís marcharon antes.


Las chicas vinieron con un muy buen sabor de boca con la ruta de senderismo, la nieve también les hizo el camino mucho más ameno y sin duda disfrutaron de ella tanto como nosotros. Las zonas del río por las que pasaron también fueron de su agrado y el balance final ha sido muy positivo. Para el año serán ellas las que hagan la bici y nosotros el trek.


Esto es lo que ha dado de sí la XVII edición de la Marcha del Requesón, esperamos volver a estar para el año disfrutando una vez más de todo esto que nos apasiona.